lunes, 22 de noviembre de 2010

La Dieta Mediterránea Patrimonio de la Humanidad


El MAPA considera que la dieta Mediteránea es un patrimonio cultural inmenso, acumulado durante milenio, que estimula la producción y consumo locales, fomenta una agricultura respetuosa con el medio ambiente y promueve los intercambios e iniciativas regionales. Además cree que es un modelo de alimentación rico, variado y saludable avalado por la FAO y la OMS. El concepto “dieta mediterránea” aparece cuando, en los años’50, el Dr. Ancel Keys y algunos colaboradores llevan a cabo un estudio epidemiológico denominado el Estudio de los 7 países. Este estudio pretendía demostrar la relación entre la alimentación de determinados países y la incidencia de enfermedades cardiovasculares que sufrían sus poblaciones. Los países escogidos eran los EEUU, Japón, Finlandia, Holanda, Yugoslavia, Italia y Grecia. Los resultados demostraron que los países de la cuenca mediterránea, caracterizados por una alimentación con productos comunes, presentaban un índice de incidencias en enfermedades cardiovasculares inferior al del resto de países.

A partir de aquí se empezó a estudiar este tipo característico de alimentación, y se estableció que la Dieta Mediterránea tenía (y tiene) como rasgos comunes:

* Un consumo diario de fruta, verduras y hortalizas * Un consumo elevado de pescado * Un consumo esporádico de carne, en especial de carne roja * La combinación de legumbres y cereales como fuente de proteína * El uso del aceite de oliva como grasa culinaria

Pero, ¿podemos decir que el concepto Dieta Mediterránea se usa correctamente? Parece que no recordamos que la famosa Dieta Mediterránea era, en realidad, la alimentación de la supervivencia, cuando toda la carne que se comía durante el año era la obtenida de la matanza del cerdo, cuando los cultivos más rentables eran el de los cereales y, en especial, de las legumbres, y cuando no existían las bebidas refrescantes. Además, eran tiempos donde no había que apuntarse al gimnasio, porque la actividad física estaba más que garantizada en la jornada laboral. Así pues, ¿dónde se encuentra el término medio entre la alimentación de entonces y la de ahora? Más bien diría que se trata de una coincidencia entre lo que se ha establecido como la alimentación ideal, o como la llamamos los dietistas-nutricionistas, la dieta equilibrada-porque encaja con las necesidades básicas de nuestro organismo y el funcionamiento de nuestro metabolismo-y lo que se conoce como dieta mediterránea. Es decir, fruta, verdura y hortalizas a diario, más pescado que carne, y el uso de grasas de origen vegetal preferentemente por encima de los de origen animal como la mantequilla o la manteca. Pero claro, tampoco hay que decir que si en la mediterránea se come como se come, no se debe a nada más que al clima, la cultura, nuestra historia y la religión, que nos aportan y nos permiten consumir un determinado tipo de alimentos. Pero ¿qué pasa, por ejemplo, con los esquimales, que, al igual que los mediterráneos basan su alimentación en lo que les proporciona y les permite el medio donde viven? Su alimentación consta fundamentalmente de pescado, por tanto, llevan una alimentación muy rica en proteína, en exceso diríamos nutricionalmente hablando. Y en cambio se sabe que tienen una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares que la de los europeos y la de los norte americanos. Sí que es cierto que la alimentación de los países de la cuenca del mediterráneo, a pesar de tener realidades y culturas diferentes, y a pesar de tener una gastronomía diferente, comparte productos que, cuando menos, nos pueden ayudar a mejorar nuestra calidad de vida. Estamos hablando del pescado, del aceite de oliva, los cereales, de las legumbres, del gran abanico de frutas, verduras y hortalizas, los frutos secos, etc. Pero también estamos hablando de la necesidad de realizar ejercicio físico con regularidad. En definitiva estamos hablando de comer un poco de todo y de nada mucho.

Fuente: www.menjasa.es

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